post Tertulia Elena Carreras I

Tertulia con Elena Carreras (1 ª parte)

Doctora en Medicina y Cirugía, especialista en Obstetricia y Ginecología. Es Jefa de servicio de Ginecologia Reproductiva de l’Hospital Universitari Vall d’Hebron, ha sido presidenta de la Societat Catalana d’Obstetrícia i Ginecologia e investigadora principal del Grup de recerca en medicina maternofetal de l’Institut de Recerca de la Vall d’Hebron.

Se ha dedicado a la medicina fetal, la cirugía fetal, los embarazos de gemelos monocoriales, elecocardiografía fetal y medicina materno-fetal, centrándose en la prevención del parto prematuro. En los últimos años se ha implicado en la corrección quirúrgica prenatal de los fetos afectados de espina bífida mediante fetoscopia. 

 

En el 2015 fue considerada la mejor doctora de su especialidad, Obstetricia y Ginecología, según la revista Forbes.


Conversamos con Elena puesto que trabaja para introducir la perspectiva de género en la práctica clínica y, desde hace un par de años, ha abierto un diálogo con las activistas catalanas del parto respetado para comprender qué es la violencia obstétrica y mejorar la atención de las mujeres y el trabajo de sus compañeras/os obstétricas/os.

La entrevistó nuestra miembra del OVO, Serena Brigidi, con ocasión del 25 de noviembre, por la plataforma virtual Zoom.

(S) Desde la visión de la Ginecología y Obstetricia: cómo te acercaste a la violencia obstétrica, cuándo ha sido este cambio….

 

 

(E) La verdad es que se debe a un profundo rechazo inicial del término violencia obstétrica. O sea, en el momento en el que se populariza, tomo conciencia de que existe este concepto y ¡no me deja indiferente!- digamos.


(S) ¿Cuándo lo escuchaste por primera vez?

 

 

(E) Hace un par de años o tres [Recordamos un evento organizado conjuntamente entre Dona Llum y el OVO por el 25N en Barcelona en el que Elena vino como oyente NdT].

En aquel momento, por lo menos en nuestro ambiente médico, no se oía mucho. No puedo ocultarte que, al principio, me enfadé mucho…Además, en aquel momento, era la presidenta de la Societat Catalana d’Obstetrícia i Ginecologia [este año la Societat ha organizado una interna mesa sobre la violencia obstétrica invitando a Serena Brigidi, como experta, a participar NdT] y los especialistas empezaba a presionar para que dijéramos algo respecto al término. Así que, cuando me llegó la información de la jornada sobre violencia obstétrica de hace dos años, pensé que sería un buen approach para entender qué era violencia obstétrica y allí fue donde empezó todo…

Acto Post reunión 25N 2019
Velada post jornada con las compañeras de Dona Llum y OVO.

Fue la primera vez que pude llegar entender que había muchos puntos en los que no estaríamos de acuerdo o, mejor dicho, sería difícil concordar, pero que había un porcentaje altísimo de situaciones en las que la mayor parte de profesionales estaríamos de acuerdo, sin ni siquiera discutir. Por ejemplo, toda la cuestión de seguimiento de protocolos, de no maltrato ni físico ni verbal, todo esto representaba el punto de encuentro, la parte donde podábamos empezar a trabajar. Claro,  luego estaba la parte más difícil, es decir, la parte más ideológica de poder ejercido sin conciencia, y esto ya es difícil de entender…

De todos modos, otro evento significativo fue la declaración de las Naciones Unidas aceptando el término. Entonces pensé: “ya está, que me gustara más o menos el término, digamos, ya no era importante. Sí era un concepto aceptado, ya no tenía ningún sentido repetir mecánicamente que no me gustaba” y pensé que una buena aproximación era cambiar el discurso a “violencia obstétrica 0”. O sea, no queremos hacer violencia obstétrica. ¿La estamos ejerciendo? Sí… pero no queremos. Por lo tanto nuestro camino es trabajar conjuntamente hasta llegar a la desaparición de la violencia obstétrica.


(S) Cómo han influido las condicionantes de género en tu carrera…


(E) No hay muchas mujeres que sean jefas de servicio. He sido la primera presidenta de la Societat Catalana d’Obstetrícia i Ginecologia mujer y no ha habido ninguna presidenta mujer de la SEGO, así que sí, de alguna manera, las mujeres de mi generación hemos sido las primeras en ocupar ciertas posiciones de poder y de visibilización que antes no existían, de hecho, nosotras no tuvimos modelos. Dicho de otra manera, creo que nosotras somos modelos de generaciones futuras y que el modelo de cambio lo implantamos nosotras.


(S) Y esto que nos cuentas: ¿tiene que ver algo con la violencia obstétrica? la ausencia de referentes de mujeres en las prácticas…

(E) No voy a tirar pelotas fueras, porque no lo pretendo, pero desvincular la violencia obstétrica de lo que sería violencia médica me parece bastante absurdo. Me explico mejor, como colectivo profesional tenemos mucha reflexión que hacer. Entiendo que también otros colectivos. Podría hablar del periodismo, por ejemplo, pero aquí que cada palo aguante su vela, o sea, cada uno tiene que trabajar en su campo en las mejoras de su quehacer diario. Sin embargo, está fuera de ninguna duda que la atención al parto tendiese a la tecnificación. Una práctica evidente de los últimos años, aunque, negar que en un momento determinado esto fue beneficioso para disminuir la mortalidad de los/as niños/as y la mortalidad de las madres -insisto- también es absurdo. Por tanto, para mí esto es una evolución del embarazo y del parto domiciliario digamos “descontrolados” a parir en el hospital. En este contexto empezaron a dejar de morirse las madres y luego, con la tecnificación del parto, dejaron de morirse los/as niños/as, pero ya no estamos en esta fase, o sea, hay que seguir evolucionando. Y, claro, personalmente, esta fase la valoro positiva, pero no nos podemos quedar aquí… ¿Cuál es la evolución natural de esto? Conseguir que las madres recuperen su papel en el parto, su satisfacción personal y realización personal, a pesar de la tecnología a la que, en muchas ocasiones, se debe renunciar…



(S) Y ¿el papel de los/las profesionales dónde queda? Si estamos hablando de satisfacción, también, necesitamos hablar de la satisfacción de su labor…

(E) Los/las profesionales cambian, a veces, no voluntariamente, muchas veces, se transforman sin darse cuenta debido a que el cambio social es tan importante que ya puedes quedarte rápidamente desfasado si no sigues este ritmo. Y claro, en este caso, que personas que han tenido una voz acepten el termino violencia obstétrica creo que ayuda, o al menos, facilita a que muchos/as profesionales digan: “Buenos, a ver, replanteemos lo que hemos estado diciendo hasta ahora….”


(S) ¿Tú crees que este cambio, que se está desarrollando en el hospital donde trabajas [VdH, NdT] y en otros hospitales, también de la misma ciudad de Barcelona, se está extendiendo a toda Cataluña o a otras CCAA? Es decir, ¿te parece que hay un diálogo, o una tentativa de diálogo parecido a lo que tu estás constantemente desarrollando?

(E) Para mí el tema es llegar a las personas que ya tienen un background receptivo para poder entender de lo que estamos hablando. Es evidente que hay gente que no cambiará ni su manera de verlo, ni siquiera perderá un segundo en reflexionar.

Yo creo que esto sirve de reflexión colectiva, que hay que ir por esta línea, porque el hecho que gran parte del colectivo médico sea mujer, las matronas prácticamente todas son mujeres, va a favor, pero no es suficiente. La presencia de mujeres es un argumento a favor en el sentido que es mucho más fácil que este proceso de reflexión tenga una repercusión posterior…

Cabe destacar, además, que hay distintas velocidades en el cambio y por supuesto, dentro del mismo centro hay muchas velocidades también…


(S) En el ámbito de la formación y de la educación en las facultades de medicina, te parece que hay cambios…

(E) Específicamente hemos empezado ahora la formación [en violencia obstétrica] en la Universidad¹.
Lo que veo es que la generación de jóvenes, a pesar de no haber recibido una formación específica en violencia obstétrica, tienen una mentalidad mucho más respetuosa hacia la paciente de la que tenían generaciones anteriores. O sea que sí, la base, el punto de partida es claramente mejor. Si se trabaja específicamente, que es el objetivo, todavía mejor. Además, la misma sociedad lleva esta mejora…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

siete + quince =

Ir arriba