Violencia obstétrica en pandemia, ¿seguimos?

Estábamos sobre aviso mujeres, ya nos lo dijo Simone de Beauvior: “No olvidéis nunca que bastará con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deberéis permanecer alerta durante toda vuestra vida”.
Qué acertada estuvo. Nuestras conquistas en cuanto a derechos –derechos humanos, al fin y al cabo- nos costaron años de lucha y, la situación de pandemia y el estado de alarma han servido, en el área obstétrica, para justificar (y seguir justificando) algunas actuaciones sanitarias sin evidencia, sin sustento e, incluso, crueles sobre las mujeres embarazadas, parturientas y/o puérperas. 

Desde el Observatorio de Violencia Obstétrica reconocemos la situación excepcional que está afrontando la Sanidad española, pero las vulneraciones de los derechos más básicos no pueden seguir, quince meses después de declararse el estado pandémico, en pleno vigor. Las restricciones reinaron rápidamente, en todos los ámbitos hemos visto y experimentado cambios abruptos e inesperados, pero después de todo este tiempo, la situación pandémica es muy diferente a aquella cuyo desencadenamiento dio lugar a todo aquello que vivimos en marzo de 2020. A junio de 2021, a 3 días de retirarnos las mascarillas en espacios exteriores, en una sociedad donde ya no existe el toque de queda, donde el estado de alarma ya es cosa del pasado, en la cual podemos sentarnos diez personas en una mesa de bar (sin mascarilla) a charlar, fumar y tomar cerveza… a las mujeres embarazadas se les siguen aplicando unas restricciones importantes, considerando que son un grupo de población vulnerable y que forman parte uno de los colectivos más castigados en este estado del miedo. 


A propósito de un caso

Os vamos a compartir un caso particular: semana 12 de gestación (enero de 2021), la mujer acude a control ecográfico del primer trimestre. No la dejan entrar acompañada a la consulta. Esta mujer y su pareja interponen una queja en el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP) a fecha de 15 de febrero de 2021. El propio Subdirector Médico del Hospital respondió en esta reclamación que: “dada la notable mejoría que se está produciendo, ya se ha procedido a permitir en la consulta de ecografía el paso de acompañante, con las debidas medidas preventivas” (fecha de la respuesta 1.03.2021). 

Parece que las mujeres tengamos que dar las gracias a esta respuesta, pero ya llegan 4 meses tarde para actualizar sus protocolos, ya que el 2.11.2020 la Conselleria de Sanitat de la Comunitat Valenciana modificó su protocolo de acompañamiento a gestantes a lo largo del proceso de embarazo y parto ante la actual situación epidemiológica por COVID-19, en el que se especifica que durante los controles de seguimiento del proceso de embrazo, si la mujer lo desea, podrá estar acompañada por una única persona (imagen 1).

 
Imagen 1. Protocolo de acompañamiento a gestantes a lo largo del proceso de embarazo y parto ante la actual situación epidemiológica por COVID-19

A fecha 23.06.2021 esta mujer acude nuevamente a consultas externas de este hospital a control ecográfico del tercer trimestre (34 semanas de gestación). Al llegar a la puerta del Servicio de Ginecología y Obstetricia se encuentra un cartel (imagen 2) que dice:
“Según instrucciones de Consellería y Dirección de este hospital, no se permite el acceso a la consulta al acompañante debido a la actual situación de pandemia”.
Un cartel sin firma, sin fecha y sin sustento.

Imagen 2. Cartel que restringe el acompañamiento a las mujeres embarazadas

A partir de aquí, ¿sabéis cómo se desencadena el caso? Empieza una batalla entre la mujer (y su pareja) con el personal sanitario que ese día está atendiendo las consultas externas. A la mujer le niegan la atención, el mensaje es claro: No puede entrar acompañada. El personal sanitario, víctima también de una situación totalmente absurda, no sabe cómo defenderse ante la petición del cumplimiento de derechos de esta mujer y acaba espetando frases como: “ya os hacemos el favor de dejar estar acompañadas abajo en las ecografías dela semana 12 y 20”. No vamos a desgranar lo que supone esta frase… pero es necesario destacar que respetar nuestros derechos no es un favor. Al final, tras cuatro horas de espera y estando en la consulta dos ginecólogas, una auxiliar, la mujer y su acompañante; la mujer abandona el hospital sin la realización del control ecográfico, con un informe médico que explica que la mujer: “no desea pasar a consultas si no puede acudir acompañada  por su pareja, explicamos órdenes de jefe de servicio según consellería pero se niega”… y con un ataque de ansiedad totalmente innecesario a sus 34 semanas de gestación. 

 

Violencia obstétrica

La pérdida de la autonomía y las prácticas obstétricas que no respeten las decisiones y los derechos de las mujeres son las bases de las definiciones de la denominada violencia obstétrica. Podemos pensar que este caso no constituye una vulneración de derechos, debido a que las restricciones han sido generales para la población. Pero me gustaría compartirles que esto no es así. El mismo día 23.06.2021 en ese mismo hospital y en esas mismas consultas externas los y las pacientes del resto de especialidades médicas, acuden y entran a las consultas con sus respectivas acompañantes, excepto en Ginecología y Obstetricia. Esto constituye un importante agravio comparativo, una fuerte discriminación y una vulneración clara de los derechos de las mujeres. 

 

La violencia obstétrica, además, incluye la violencia verbal, no hay nada más que añadir cuando se explica que “nos hacen favores” por cumplir nuestros derechos. Este tipo de violencia, además, tiene claros componentes de violencia institucional (en cuanto a que supone actos u omisiones de las personas que trabajan en servicios públicos que obstaculizan el cumplimiento de los derechos humanos) y de violencia estructural (en cuanto a que la estratificación es una importante muestra en este contexto); pero, asimismo, se trata de una violencia generalizada en el estado español, ya que, al compartir este caso en redes sociales, rápidamente, diversas mujeres desde Ourense, País Vasco, Navarra, Andalucía, Madrid o Castellón nos han compartido sus experiencias, muy similares a la que se describe. 

 

Falta de actualización

La actualización en los servicios sanitarios es imprescindible y este caso tiene mucho más que aportar. Esta mujer, como ejemplo, antes de acudir a la consulta para su control, visitó el Servicio de Atención e Información al Paciente para entregar su plan de parto y, que el mismo fuese incluido en su historia clínica. Sorprendente es poco cuando en 2021 se responde: “el plan de parto, ¿y eso qué es?”, por supuesto, la inclusión en la historia clínica: una utopía. Es importante destacar que el Ministerio de Sanidad, en el año 2014 y a través de la Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio, ya sugiere que el plan de parto sea recibido por el hospital e incorporado a la historia clínica (imagen 3). La falta de actualización parece evidente.

Imagen 3. Recorte de la Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio

A veces, incluso de la sensación, que la falta de actualización es bastante selectiva: una mujer no puede entrar acompañada en una consulta de control ecográfico en el espacio público, pero sí lo puede hacer cuando acude a ese mismo control ecográfico a una consulta privada. ¡Vaya! Esto invita bastante a la reflexión: ¿se trata de espacios públicos y privados? ¿Se trata de cambios en los derechos de las mujeres en función del espacio? ¿Se trata de querer obstaculizar a la otra persona progenitora para que, ante la necesidad de ver y escuchar a su bebé, acudan a las consultas privadas? ¿Se trata de capitalismo? Teniendo en cuenta que en muchos casos el propio personal sanitario que asiste en el sistema público tiene consultas privadas. Da para reflexionar un rato… 

Y nosotras mientras nos preguntamos: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo van a seguir vulnerando nuestros derechos? ¿Hasta cuándo nos tendremos que hacer oír? ¿Hasta cuándo vamos a tener que defendernos de estas absurdeces?

 

Nos costará más batallas lograr, de nuevo, hacer respetar nuestros derechos, pero será muy necesario volver a levantarnos, sacudirnos bien fuerte y seguir gritando que nuestro cuerpo y nuestras decisiones SIEMPRE serán nuestras.

 

2 comentarios en “Violencia obstétrica en pandemia, ¿seguimos?”

  1. A mi acompañante tampoco lo dejan entrar en la pública, en la privada podía llevar hasta a mi madre. No se entiende… No se entiende cuando han quitado el resto de restricciones, hay bodas, comuniones, etc y él puede esperar conmigo fuera de consulta, pero no entrar.

  2. Te pueden dejar sentada horas en una sala de espera donde se hacinan otros pacientes de distinta índole, exponiéndote a un contagio. Te pueden recibir en consulta 3 sanitarios, innecesarios para la consulta. Te pueden negar información sobre los riesgos de las prácticas que pretenden imponerte, aunque sean opcionales y no tengan sustento científico. ¿Pero entrar acompañada por tu pareja y conviviente? Vade retro!!
    Es más fácil amedrentarnos sin testigos. No digo más.

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