Pandemia y Derechos

No me puedo imaginar pariendo durante la pandemia.

Me tocó parir un hijo y una hija, en las décadas en las que las mujeres entraban solas al área de paritorio. Teníamos un solo hospital público con paritorio en toda la Isla y, claro, todas las que no elegían la privada iban a él.

Cuando llegabas, te hacían una exploración en urgencias de gine-obstetricia, que ya entrábamos solas. Si tenías dilatación suficiente para quedar en paritorio, salías a despedirte de tu pareja hasta que ya una vez nacida la criatura salías del paritorio para ir a la planta de puérperas.

Entrabas en un lugar totalmente desconocido, acompañada por personas desconocidas, que podían ser muy amables o no. Sola, en una sala de dilatación individual. Solamente llegar te ponían un enema (lavativa) y a continuación un suero con oxitocina, te obligaban a estar tumbada en la cama y no podías beber, ni por supuesto comer, aunque fuera algo ligero. Las contracciones eran muy fuertes, no nos podíamos quejar, ¡no estaba bien visto! Cuando llegábamos a la dilatación completa, nos pasaban a una especie de quirófano, ¡el paritorio! Allí dábamos a luz a nuestras criaturas, tumbadas, con un gran foco alumbrando nuestros genitales, nos cortaban a todas la entrada de vagina (episiotomía), tengo dos. Cuando nacía nuestra criatura, la ponían encima de una mesita, cortaban el cordón rápidamente, la bañaban, vestían y nos la enseñaban, no nos la dejaban nunca encima de nosotras, se las llevaban a nidos rápidamente “para que no se enfriase” y no la tendríamos hasta pasadas unas seis horas, las que dábamos lactancia materna, las que no, podían estar más tiempo, dependiendo de la visita del pediatra.

Las criaturas se pasaban horas llorando en el nido, llamando a sus madres (lo sé, porque trabajé en nidos y así lo sentía) y sus madres también llorando en su habitación por no poder estar con Ellas.


Tengo que decir que fui una privilegiada, porque al ser personal de la casa me permitieron estar acompañada por mi pareja durante los partos, pero, no conseguí que me dejasen mis criaturas conmigo y, cuando lo reivindiqué fuertemente en la segunda, me llegaron a decir ante mis fuertes reivindicaciones ”las de la casa sois las peores”.


La situación vivida en los últimos meses en nuestro Estado me ha hecho recordar lo mal que lo pasé, lo mal que lo pasaron tantísimas mujeres y criaturas durante décadas y lo que es peor, ver cómo pueden desaparecer de un plumazo todos los derechos que hemos ido consiguiendo durante años y que tenemos por ley.

Unos derechos, desaparecidos sin ninguna evidencia, porque la poca que tenemos de los países que nos han precedido, no justifica la gran mayoría de medidas que se han tomado.

Me hago muchas preguntas del cómo se ha actuado y francamente, no encuentro respuesta a cómo se ha hecho. ¿Qué sentido tiene que las mujeres tuvieran que parir solas y no las pudiese acompañar su pareja o una persona que conviviera con Ella?. O, como decía una pediatra en la prensa local, “no tenía ningún sentido aislar una criatura 48 horas, si después se iría a su casa con su madre”… también decía, que si las autoridades lo ordenan, no puedes hacer otra cosa.

Afortunadamente, son muchas las y los profesionales que han defendido seguir con los derechos adquiridos, pero no ha sido suficiente, al menos en el inicio de la pandemia. El miedo y el desconocimiento han llevado a actuar sin sentido común en muchas ocasiones y sí que es cierto que se ha ido rectificando en algunos casos, pero, no podemos olvidar lo que hemos dejado en el camino de la ilógica, unas grandes cicatrices en muchas mujeres y criaturas.

Muchas Asociaciones se han manifestado y han propuesto copiar de otros países donde las mujeres pueden elegir donde desean parir a sus criaturas. Lo hemos propuesto y no hemos tenido respuesta, o sí, porque en Naixença (Asociación Balear) sí que nos ha contestado nuestra Conselleria de Salud, pero, para decirnos que ahora hay que centrarse en paliar todos los efectos sanitarios y sociales que padecemos en nuestro Estado. Nos dicen que tienen que garantizar que todos los usuarios y las gestantes reciban la máxima protección sanitaria para evitar cualquier posible contagio y la mejor atención en caso de que se produzca, que las mujeres embarazadas pueden ser más susceptibles y que es por eso que en nuestros hospitales se sigue un protocolo de actuación que extrema las medidas de precaución para los pacientes de riesgo como también las embarazadas y que ahora, más que nunca, es el momento de asegurar que las mujeres embarazadas que tienen que parir, lo hagan en un entorno totalmente preparado con los medios preparados y adecuados delante una posible complicación con el Covid-19.

No compartimos la respuesta, ya que, si son más susceptibles, no se las debería exponer a parir en un hospital donde se nos dice que no debemos acudir sin presentar una gran urgencia o riesgo vital. No dudamos que tengan un protocolo con extremas medidas de seguridad, pero es que no haría falta tan extremas medidas si no acudieran a un hospital donde actualmente está lleno de Covid. Estamos de acuerdo para las mujeres con Covid +, pero, las que no, más que nunca, es el momento de asegurar una atención que no represente un riesgo de infección por Covid.

Nos cuesta entender que se pudiesen crear hospitales muy bien dotados, en hoteles u otros espacios en muy poco tiempo, y no fuese posible crear unos espacios donde poder acudir las mujeres embarazadas que no presentan ningún riesgo para su seguimiento de embarazo, poder parir y acompañar el posparto. Espacios donde no tuviesen el miedo y el riesgo de compartir con personas enfermas.

Nuestra Conselleria nos dice que tomarán en consideración nuestra propuesta y que valorarán el estudio y la viabilidad de la casa de partos. ¡Esperemos nuestras repetidas reivindicaciones sean consideradas y sea pronto una realidad!

Deseamos y esperamos que todo este sufrimiento sirva de lección para posibles nuevas situaciones parecidas y que aprendamos de todo lo que se podría evitar.

Reivindicamos los centros de nacimiento próximos a un hospital y también la inclusión del nacimiento en casa en la cartera de servicios de nuestro modelo de salud.

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